Viajar por la Ruta Nacional N° 40 partiendo desde Esquel, en la provincia de Chubut, con rumbo Sur, nos permite transitar por la diversidad de paisajes que la Patagonia profunda puede ofrecernos. La verde humedad del bosque andino, la solitaria aridez de la estepa, la imponencia de montañas y glaciares milenarios.
Naturaleza e historia se conjugan tras los pasos de Francisco P. Moreno, la Cultura Tehuelche, Darwin, Fitz Roy… pioneros, conquistadores, expatriados.
El P.N. Los Alerces donde puede apreciarse un monumento natural, el alerce (Fitzroya cupresoides); también el glaciar colgante Torrecillas, los lagos Futalaufquen, Verde, Menéndez y el bello río Arrayanes.
Viajando con rumbo Sudeste, nos adentramos en la estepa y comienza ese rosario de pueblos tan distantes geográficamente, tan cercanos culturalmente, climáticamente, hermanados en su aislamiento.
En Tecka, sitio de reposo de los restos del cacique Inacayal, entramos al bar “El Sabroso Sanguchito”, donde el viejo cartel triangular de Fanta, clavado con tres clavos en la vieja pared de ladrillos, nos sitúa en el tiempo. Lo corroboramos al charlar con su dueña, la amable señora de manos y cara curtidas por el sol y el viento. Hace apenas 58 años que está al frente del boliche, que vio tiempos mejores cuando la ruta pasaba por la puerta y los camioneros se quedaban a comer y a dormir.
Gobernador Costa, mas al Sur, nos sorprende con su museo histórico, donde Natalia, con su prolijo trajecito negro, que contrasta con el polvo que vuela afuera, nos cuenta con orgullo parte de la historia del lugar donde nació, sede de la Fiesta Provincial del Caballo y residencia de los descendientes de otro de los personajes que hacen a la historia de la Patagonia y la Argentina toda: el cacique Sayhueque. El Club Social, Cultural y Deportivo, recién pintado de celeste y blanco y al cual todavía el viento y el polvo no pudieron doblegar, es cuestión de tiempo…. El local nuevo que lleva por nombre “La Rueda”, define pintados sus rubros tan dispares: librería y bicicletería.
Gral. San Martín, lugar donde los tehuelches, con Casimiro Biguá a la cabeza, juraron lealtad a la bandera argentina, comprometiendo su vida en defensa de la soberanía, es hoy eso, una parte de la historia, desconocida y orgullosa. La plaza desierta en las primeras horas de una tarde soleada, nos sirve para sentarnos a almorzar y ver pasar a los gendarmes que van paseando.
Y Tamariscos?, uy!, Tamariscos es una historia en si mismo, un paraje?, mucho mas!. Nos emocionó, nos alertó, nos acarició y lo amamos. Dos cosas hay en Tamariscos, el puesto de Vialidad Provincial y la casa de la familia Böhme cada una a un lado de la ruta. En esa casa-museo nos encontramos con una tromba hospitalaria llamada Liliana, tercera generación de estos inmigrantes alemanes. Su mamá, Trudy, es quien hizo de la casa un museo, tan caleidoscópico como auténtico. Pero más allá de esos fósiles, esos cráneos de pumas, esas bayonetas del ejército conquistador, almanaques de los ´40, ´50, ´60, ´70, lo más interesante de la casa-museo son ellos mismos. Liliana y lo que cuenta de su familia, que llegó a la Patagonia desde Europa en los años ´20.
La historia de la F-100, de los ´70 que maneja Trudy quien cumplió 80 años, solo puede ser contada por ellos, yo no me atrevo, demasiado bien la relató la Lili. Llegó el micro y se tuvo que ir a Esquel, nos dejó en la casa, volvió porque se olvidó la campera y se volvió a ir. Un tornado de amabilidad, sabiduría y magia.
Río Mayo, es muy desordenado. Pero allí está y porque no?. Se celebre la Fiesta Nacional de la Esquila, como será?. Queda para otra oportunidad.
Entramos en la Provincia de Santa Cruz, cruzamos Perito Moreno, de noche y llegamos a Los Antiguos, ya tarde. En el hotel nos recibe Albina, llegó de Bolivia buscando nuevos horizontes con su esposo y su bebé. Sonríe, está contenta, con lo que hace, con el lugar. Encontró ese horizonte?, por lo visto, si. Al menos por ahora, que gusto. Muy tarde, en el restaurant del centro nos preparan milanesas. El matrimonio joven, dueños del emprendimiento, tiene acento y aspecto de gente venida de Europa del Este, hace poco. Que hacen ahí?, es tan tarde para averiguar!. La mañana siguiente, azul y limpia, nos presenta un pueblo ordenado a orillas del inmenso Lago Buenos Aires, un oasis donde el cultivo de frutas finas es la principal actividad productiva.
La ruta se adentra en la estepa, tachonada de coirones, con guanacos y choiques que observan atentos nuestro andar. Aislado, Bajo Caracoles, es el mítico paraje que nos recuerda que debemos torcer a la izquierda para visitar otra maravilla de nuestro recorrido, a unos 40 km se encuentra el Patrimonio Mundial Cultural Cañadón del Río Pinturas y Cueva de Las Manos. Pasar una noche en el antiguo hotel de piedra de Bajo Caracoles es una experiencia única.
Néstor, chileno, está a cargo del boliche, del hotel, de la estación de servicio, del restaurante. También da valiosa información y le tiene la vela a los paisanos trasnochados, que van a chupar y a contar cuentos o a los turistas franceses, de paso a tomar un café, viajando en sus Toyota alquiladas.
Estos son simpáticos. Un grandote, panzón y alegre , charló contento, le gusta la Argentina, me dio un perfume francés, un Tressor para regalarle a Dany.
Una joya en esa estepa desolada, el lago Cardiel, nos sorprende repentinamente con su color turquesa profundo. Mas adelante Tres Lagos, invita a una parada para un café o algo fresco. En el mástil, la bandera desgarrada, es una metáfora de la Patria, indudablemente.
Pronto alcanzaremos el desvío hacia El Chaltén bordeando el Lago Viedma y el glaciar del mismo nombre al fondo. El Chaltén es un pueblito acogedor desde donde parten muchas caminatas y paseos, como para quedarse un tiempo y recorrer el sector Norte del P.N. Los Glaciares y mas allá de él. El mirador del cerro Fitz Roy, telón de fondo e insignia del lugar, es una de las caminatas más hermosas y clásicas. El Lago del Desierto majestuoso y con interesante carga histórica. El escondido glaciar Huemul. Son solo ejemplos de tantos sitios interesantes.
Regresando a la RN 40 más al Sur, nos encontraremos con el paraje La Leona, relacionado con la historia del Perito Moreno. Mas adelante, y torciendo otra vez hacia la Cordillera arribamos a El Calafate. Nos esperan el Lago Argentino, el sector Sur del P.N. Los Glaciares, Patrimonio de la Humanidad, y la imponencia del soberbio glaciar Perito Moreno. Y tanto más…
Podríamos resumirlo en las palabras de Ramón Lista:“En estas latitudes todo excita la emoción: unas veces la triste aridez de las planicies, otras, el aspecto caótico de las montañas y con frecuencia, entre las grandiosas escenas de la Naturaleza, la majestad de las noches serenas nos conmueve hondamente".