sábado, 29 de agosto de 2009

Ciudad del Cabo: El Bo-Kaap, Barrio Malayo o Barrio Musulmán.

Los primeros habitantes de los cuales se tenga noticia en el extremo sur de África, son los bosquimanos y otra etnia emparentada con ellos, los khoi-khoi.
En su búsqueda de una “ruta de las especias” alternativa, que los llevara a Asia por mar y no por tierra con los peligros y el tiempo que esto significaba, fueron los portugueses los primeros en navegar el Océano Atlántico con rumbo Sur, para intentar darle la vuelta a África y llegar así al Océano Índico.
En 1488, Bartolomeu Dias, fue el primer europeo en doblar lo que llamó el “Cabo de las Tormentas”, sin alcanzar el objetivo de la India. A su regreso, el rey Juan, prefirió rebautizar el cabo como “Cabo de Buena Esperanza”, esperanzado en que la próxima vez pudiera llegarse a destino. Fue Vasco Da Gama, quien en 1498 y siguiendo la misma ruta, logró abrir camino hacia Oriente.
Luego los siguieron holandeses e ingleses y en estas idas y venidas la parada obligada para el descanso, abastecimiento o naufragio fue Table Bay.
Y así de apoco se fueron quedando…
En 1652, una expedición de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, al mando de Jan van Riebeck, funda Ciudad del Cabo.
En 1795 llegaron los británicos, que mas tarde se quedarían con el cabo.
Pero, a que viene esta más que resumida historia de la conquista de África por los imperialistas europeos?
Para semejante empresa, se necesitaban esclavos. Y no solo la población africana autóctona fue sometida en este sentido. De estas expediciones a Oriente fueron traídos esclavos de otras tierras, especialmente Malasia.
También es cierto que no toda la gente llegada desde allí lo hizo como esclavo, sino también como hombres libres, exiliados de la realeza y refugiados políticos.
Con la abolición de la esclavitud en 1834, los llamados “Malayos del Cabo”, pudieron progresar de manera importante, gracias a sus habilidades como artesanos y comerciantes. Tal es así, que cuando los empleados de la Compañía Holandesa se retiraron, luego de la ocupación británica, dejaron casas vacías que, con el tiempo fueron adquiridas por ellos.
Es así como nace el Bo-Kaap o Barrio Malayo. Situado en los faldeos de Signal Hill, es donde hoy habita la mayor parte de la comunidad musulmana de Ciudad del Cabo. Los que nombramos como “Malayos del Cabo”, definen en realidad un amplio abanico cultural y racial, ya que dentro de esta denominación incluimos poblaciones llegadas desde Java, Bali, India, China y Malasia. El denominador común que une a todos ellos es el Islam.
Esta es hoy una de las zonas más pintorescas de la ciudad. Con sus onduladas calles empedradas y casas bajas pintadas todas y cada una en diferentes tonos pastel, cuya construcción data, para la mayoría de los casos, de la primer parte del S. XIX.
Encontramos, por supuesto, bellas mezquitas pintadas en los mismos llamativos colores. La mezquita Auwal, fue la primera en construirse, en 1798, durante la primera ocupación británica.
El Museo Bo-Kaap, en Wale Street 71, muestra como vivía una típica familia malaya del siglo 19.
Un capítulo aparte merecen los negocios de venta de alimentos típicos, sobre todo las especias. Y muy recomendables son los restaurants que venden comidas malayas, tan condimentadas como aromáticas.

sábado, 22 de agosto de 2009

Mi pasión por África.


Esta es la primer entrada a mi blog, que para mi es también el primero. A quien dedique algo de su tiempo a leerlo, le agradezco sinceramente y los invito a compartir, esa es mi intención. Poder expresar sentimientos, vivencias, lecturas y, si llegando un poco mas allá, podemos darle una mano a alguien que lo necesite, mejor que mejor!.

Anduve mucho y lo sigo haciendo, solo y con mi querida Dany, compañera del alma. Con variopintos compañeros de viaje, con quienes también apredí y con muchos de los cuales forjamos una relación. Por eso voy a contarles de lugares y de gentes.

Mucho habrá de África en mis notas. Siento especial amor por este continente, por su gente, por su Naturaleza. Allí nació el hombre como especie, evolucionando de otras hasta tomar la forma de hoy con los condimentos aportados por ese soberbio ambiente africano. Y creo que es por esto que uno siente que vuelve a casa cada vez que pisa su suelo. Los colonizadores franceses, que tanto estrago causaron allí, hablaban del “Mal d´Afrique”. Enfermedad contraída en sus viajes de conquista por tierras africanas y que al regreso a sus moradas en Europa, los sumía en una melancolía que los empujaba a volver una y otra vez.

Y que quieren que les diga, yo creo que algo de eso hay…

Es por esto el título de mi primer entrada: “Mi pasión por África”, sincera, profunda e inacabable.

Pero también quiero escribir sobre pueblitos y ciudades de Argentina, la cual por más que uno recorra y recorra, parece que nunca se termina. Siempre encontramos un lugar donde ir, investigar, conocer. Más allá de dirigentes y personajes nefastos es un país que atrapa.
Por supuesto Latinoamérica no faltará. Paisajes, pueblos y Cultura tienen una personalidad tan fuerte, que con su potencia te invitan a hablar de ellos.
Asia y sus misterios. Europa y sus legados.

Amo la Naturaleza, soy Naturalista. Me gusta identificar plantas, saber el comportamiento animal, observar aves. Selva, mar, montaña…
Así que el tema estará omnipresente.

Y para contar sobre todo esto hacen falta libros, música, fotos, comidas, cine, teatro, personajes, historia, mapas, guías, webs, blogs y muchísimos etcéteras.

Y ser abiertos y solidarios, es lo que pretendo.

Ahora, como para comenzar, va una historia que contaba Bruce Chatwin sobre si mismo:

“Cuando rozaba la veintena, expliqué, había trabajado como ¨experto¨ en pintura moderna en una conocida firma de subastadores de obras de arte. Teníamos salones de venta en Londres y Nueva York. Yo era uno de los cinco jóvenes prodigio. La gente decía que me aguardaba una gran carrera, con la única condición de que me ciñera a las reglas del juego. Una mañana, desperté ciego.

Durante el día recuperé la visión del ojo izquierdo, pero el derecho se mantuvo torpe y nublado. El especialista que me examinó dijo que no tenía ningún problema orgánico, y diagnosticó la naturaleza de la dolencia.

-Ha estado mirando los cuadros desde una distancia demasiado corta-manifestó-. ¿Por qué no los cambia por unos horizontes despejados?

-¿Por qué no?-dije.

-¿A dónde le gustaría ir?

-A África.

El presidente de la firma dijo que no ponía en duda que algo me fallaba en la vista, pero no entendía por qué debía ir a África.
Fui a África, a Sudán. Cuando llegué al aeropuerto mis ojos se habían recuperado.”
“Los trazos de la canción”, Bruce Chatwin.

Ergo, a veces tenemos que tomar distancia, no?
Bienvenidos!!.
Fotos: Tela pintada por artesanas de Guguletu, Cape Town, Sudáfrica.
           Mujeres y niños Swazis, Swazilandia.
(Autor: Norber )