Los primeros habitantes de los cuales se tenga noticia en el extremo sur de África, son los bosquimanos y otra etnia emparentada con ellos, los khoi-khoi.
En su búsqueda de una “ruta de las especias” alternativa, que los llevara a Asia por mar y no por tierra con los peligros y el tiempo que esto significaba, fueron los portugueses los primeros en navegar el Océano Atlántico con rumbo Sur, para intentar darle la vuelta a África y llegar así al Océano Índico.
En 1488, Bartolomeu Dias, fue el primer europeo en doblar lo que llamó el “Cabo de las Tormentas”, sin alcanzar el objetivo de la India. A su regreso, el rey Juan, prefirió rebautizar el cabo como “Cabo de Buena Esperanza”, esperanzado en que la próxima vez pudiera llegarse a destino. Fue Vasco Da Gama, quien en 1498 y siguiendo la misma ruta, logró abrir camino hacia Oriente.
Luego los siguieron holandeses e ingleses y en estas idas y venidas la parada obligada para el descanso, abastecimiento o naufragio fue Table Bay.
Y así de apoco se fueron quedando…
En 1652, una expedición de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, al mando de Jan van Riebeck, funda Ciudad del Cabo.
En 1795 llegaron los británicos, que mas tarde se quedarían con el cabo.
Pero, a que viene esta más que resumida historia de la conquista de África por los imperialistas europeos?
Para semejante empresa, se necesitaban esclavos. Y no solo la población africana autóctona fue sometida en este sentido. De estas expediciones a Oriente fueron traídos esclavos de otras tierras, especialmente Malasia.
También es cierto que no toda la gente llegada desde allí lo hizo como esclavo, sino también como hombres libres, exiliados de la realeza y refugiados políticos.
Con la abolición de la esclavitud en 1834, los llamados “Malayos del Cabo”, pudieron progresar de manera importante, gracias a sus habilidades como artesanos y comerciantes. Tal es así, que cuando los empleados de la Compañía Holandesa se retiraron, luego de la ocupación británica, dejaron casas vacías que, con el tiempo fueron adquiridas por ellos.
Es así como nace el Bo-Kaap o Barrio Malayo. Situado en los faldeos de Signal Hill, es donde hoy habita la mayor parte de la comunidad musulmana de Ciudad del Cabo. Los que nombramos como “Malayos del Cabo”, definen en realidad un amplio abanico cultural y racial, ya que dentro de esta denominación incluimos poblaciones llegadas desde Java, Bali, India, China y Malasia. El denominador común que une a todos ellos es el Islam.
Esta es hoy una de las zonas más pintorescas de la ciudad. Con sus onduladas calles empedradas y casas bajas pintadas todas y cada una en diferentes tonos pastel, cuya construcción data, para la mayoría de los casos, de la primer parte del S. XIX.
Encontramos, por supuesto, bellas mezquitas pintadas en los mismos llamativos colores. La mezquita Auwal, fue la primera en construirse, en 1798, durante la primera ocupación británica.
El Museo Bo-Kaap, en Wale Street 71, muestra como vivía una típica familia malaya del siglo 19.
Un capítulo aparte merecen los negocios de venta de alimentos típicos, sobre todo las especias. Y muy recomendables son los restaurants que venden comidas malayas, tan condimentadas como aromáticas.